domingo, 19 de junio de 2011

La evolución de la damanda eléctrica

La correcta planificación del Sector Energético requiere estimar en forma razonablemente acertada –y con buenas fundamentaciones que lo avalen- la previsible evolución de las necesidades, las cuales se traducirán en la demanda de los energéticos primarios –combustibles y otros- y de energéticos derivados –principalmente la energía eléctrica.
De la irracionalidad de la no planificación entronizada por los mercenarios del liberalismo económico como “modernismo superador”; se está volviendo a la imprescindible planificación a corto, mediano y largo plazo; único camino coherente que transitan todas las naciones organizadas con criterios de estadistas y vocación de grandeza.
Dentro de los conceptos de planificación energética vigentes se da prioridad a la sustitución del petróleo y el gas natural, por otras fuentes de energéticos primarios y de generación de energía, de los cuales los principales son la hidroelectricidad, la generación nuclear y los biocombustibles; y como paliativos secundarios al uso del carbón, la eólica y otras fuentes de generación. Todo eso es conceptualmente correcto.
Lo preocupante es que las previsiones de crecimiento económico, reflejadas por la evolución estimada del PBI utilizadas en diversos trabajos de prospectiva energética, son excesivamente conservadoras, incluso pecando de irracionalmente reducidas, y hasta ahora no se habrían corregido.
En las dos décadas entre 2011 y 2030, presuponen modestos crecimientos del PBI decrecientes, de tasas anuales del 3,6 % el primer quinquenio, 3,2 % anual el segundo, 2,8 % el tercero, y 2,7 % anual el último período de media década.
No obstante los pronósticos siempre negativos de los falsos “gurúes “ económicos, la economía sigue creciendo fuertemente, este año nuevamente en el orden del 9 %, y las macro variables económicas argentinas, así como la situación estructural mundial muestran condiciones muy favorables para Argentina, siempre y cuando no se caiga en las eternas “recetas” recesivas del FMI y otros operadores del establishment financiero transnacional; y de sus voceros y aliados menores de los esquemas liberales, que siguen operando internamente para volver a instalar el desmadre de los terribles años ’90 y sus prolegómenos ininterrumpidos desde el “proceso” hasta el delarruato inclusive.
Por supuesto que el fuerte crecimiento económico es un prerrequisito imprescindible no solo para permitir mejores niveles de vida a toda la población, sino que en la realidad geopolítica mundial que se instaló con notable fuerza, es evidente que los Estados fuertes son los únicos en condiciones de resistir las agresiones de los grandes bloques de poder, que se encuentran en serios problemas estructurales, como la UE y EEUU.
Desde hace mucho está instalado el “pensamiento energéticamente correcto” de muy bajas proyecciones de la demanda energética. Y esa falacia se fundamenta malamente en tres ejes principales.
a) Desconocimiento u ocultamiento de datos históricos de evoluciones de las demandas energéticas.
b) Estimaciones groseramente reducidas de la evolución económica argentina.
c) Ocultamiento o desconocimiento que la demanda energética tiende a superar ampliamente al crecimiento porcentual del PBI
De no corregirse esas bases de estimaciones, todas las planificaciones y los consecuentes desarrollos de los planes de obras e inversiones, serán marcadamente insuficientes ya en el mediano plazo (cinco años), obligando a costosas inversiones de urgencia en una década o tal vez incluso antes. En dos décadas, de no realizarse profundas correcciones, las diferencias entre las escuetas proyecciones de la demanda y la evolución real, previsiblemente serán muy acentuadas… salvo claro está que sobrevenga una gran hecatombe económica, que nadie bien intencionado quiere que ocurra; y que bien manejadas las grandes variables, no tiene por que ocurrir.

Por: C.P.N. Carlos A. Ortiz
Investigador de temas económicos y geopolíticos
Ex Investigador y Docente = Facultad de Ciencias Económicas = UNaM
Especialista en Gestión de la Producción y Ambiente – Fac. de Ing. = UNaM
Tesista de la Maestría en Gestión de la Energía = UNLa – CNEA
Docente de Economía – Esc. Normal 10 – Nivel Terciario
Docente de la Diplomatura en Geopolítica – Inst. Combate de Mbororé

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