lunes, 20 de septiembre de 2010

Que es el COFEMA?

Consejo Federal de Medio Ambiente (COFEMA)


El Desarrollo Sostenible en el Marco de una Política Federal de Crecimiento con Equidad

El Federalismo Ambiental debe ser entendido como un sistema en el que se articulan conjuntamente las provincias y el Gobierno Nacional. El Consejo Federal de Medio Ambiente es el ámbito institucional de encuentro federal, a los fines de abordar los problemas y las soluciones del medio ambiente en la totalidad del territorio nacional.

Muchas cosas cambiaron en la conciencia popular tras la implosión del país en el año 2001. Ya no se pudo desconocer que, como consecuencia del modelo vigente, se comenzaba a manifestar la intrínseca contradicción entre producción y ambiente sin sostenibilidad de dicho modelo. Debido al surgimiento del cambio en la iniciativa social, se activaron demandas de derechos a la participación ciudadana, como así también reclamos sobre las eventuales afectaciones al patrimonio de los ciudadanos y de su calidad de vida, derivados de dicho modelo.

En el año 2002, con la crisis de por medio, se sanciona la Ley General del Ambiente, en la que el COFEMA es puesto de relieve en su función coordinadora del consenso federal. Luego aparecen otras normas que confirman a la cuestión ambiental como un tema que cobraría protagonismo en el siglo XXI.

Al inicio de la gestión de la actual administración nacional, seguía vigente la agenda ambiental definida a principios de los noventa. Hoy es posible plantear la implementación de un modelo diferente de gestión ambiental porque están presentes hechos ciertos y básicos en el país: un marco político que replantea el rol del estado y que recupera la gobernabilidad; la reconstrucción institucional, la reconstitución de la legitimidad política y la recuperación económica.

Luego de iniciado aquél proceso de cambio en la iniciativa social y a días de haberse consumado el encuentro de Gualeguaychú, cabe preguntarse qué cosas se han modificado tan claramente como para posibilitar esta demostración de consenso. Un rápido repaso al cambio de las circunstancias y al posicionamiento de los actores, lleva a identificar que este nuevo cuadro de situación es multicausal y reconoce varias motivaciones, absolutamente interrelacionadas:

• la extensión y consolidación del ciclo económico positivo,

• la implementación de políticas de cancelación de deudas con organismos internacionales de crédito,

• la superación de los condicionantes sociales (desnutrición, pobreza, desocupación) que dejaban en un segundo plano a la agenda ambiental,

• la demanda social por reivindicaciones ‘de naturaleza ambiental’ que se encontraban claramente postergadas,

• el hito “Gualeguaychú”, que resume factores vinculados al potencial impacto ambiental y la competencia de usos del territorio, y otros más complejos que emanan del colectivo social y resumen un recelo residual sobre las decisiones y el obrar político, el poder de control del estado, y los reales beneficios devenidos de mega-proyectos,

• la reivindicación, como país soberano, de la deuda ambiental que los países más desarrollados tienen para con los países subdesarrollados.

Una propuesta de gestión

En el centro de la discusión de los planteos ambientales está nuestro pueblo. Los objetivos de la gestión deben estar al servicio de los hombres y las mujeres que constituimos nuestra Nación y para ello debemos dilucidar qué herramientas usaremos.

Es preciso entender que el desarrollo sostenible debe basarse en un replanteo claro de los elementos y la secuencia que integrarán los procesos de toma de decisiones vinculados a proyectos productivos y de infraestructura, a los que deben ser incorporadas indefectiblemente las dimensiones territorial y ambiental.

En este sentido es relevante enfatizar la relación entre economía y ambiente, ya sea definiendo como objetivo estratégico de las políticas de desarrollo nacional la inclusión de la dimensión ambiental en la toma de decisiones económicas y, al mismo tiempo, introduciendo herramientas económicas de promoción del desarrollo sostenible.

Los hechos relatados demuestran que estamos ante una oportunidad para que la implementación del desarrollo sostenible encuentre condiciones donde confluyan voluntad política, demandas sociales y necesidades del mercado. A ese fin, consideramos que nos cabe la responsabilidad de hacer operativos los principios y mandatos emanados de la Declaración de Gualeguaychú del 5 de mayo de 2006, en función de:

• (Punto 2°) “Alcanzar el desarrollo sostenible constituye en la República Argentina una política de Estado”.

• (Punto 3°) “Las Provincias y La Nación trabajarán mancomunadamente para asegurar la plena operatividad de este propósito, a través de políticas integrales que incorporen adecuadamente las dimensiones ambientales, sociales y económicas”.

• (Punto 4°) “La agenda ambiental estará incorporada en las políticas sectoriales de todos los niveles de gobierno”.

• (Punto 5°) “Impulsar en conjunto el desarrollo y consolidación de los principios e instrumentos para la administración del desarrollo sostenible que establece la Ley General del Ambiente”. Unos de estos instrumentos es el Consejo Federal de Medio Ambiente.

• (Punto 6°) “Fortalecer la institucionalidad ambiental federal”. La manifestación explicita de esa institucionalidad es, otra vez, el COFEMA, donde están representadas las 24 provincias, la Ciudad Autónoma de Buenos Aires y el Gobierno Nacional.

• (Punto 7°) “Optimizar el uso de instrumentos tales como: el ordenamiento del territorio, la evaluación de impacto ambiental, los sistemas de control y monitoreo, la educación ambiental, el sistema de diagnóstico e información ambiental, la participación ciudadana y el régimen económico de promoción del desarrollo sostenible”.

Para lograrlo es imprescindible:

• Fortalecer la institucionalidad ambiental mediante la integración con aquellos organismos que tienen relación con la regulación de los componentes ambientales.

• Garantizar la participación ciudadana en forma orgánica, ordenada, eficaz y transparente.

• Habilitar un proceso de apertura institucional del COFEMA a los distintos sectores de la actividad productiva nacional, destinado a constituir foros de tratamiento conjunto de políticas, normativas y gestión del ambiente, asociados a esas actividades.

• Hacer efectiva la competencia en materia ambiental por parte de los estados provinciales y del Gobierno de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires, así como también de los municipios y comunas que los conforman.

• Dar un nuevo significado a la relación Nación / Provincias, consolidando al COFEMA, no sólo como centro de coordinación y concertación, como lo estipula la Ley General del Ambiente, sino además definiendo las prioridades comunes de acción en materia ambiental en base a acuerdos mínimos, el consenso de políticas, metas y resultados esperados, así como también la asignación de los recursos correspondientes.

miércoles, 8 de septiembre de 2010

UNA MIRADA A LA SITUACION AMBIENTAL EN NUESTRO PAIS

El mal manejo de los desechos afecta a casi todas las ciudades. La mayoría de los grandes ríos y lagos están contaminados por la basura domiciliaria, las cloacas y la actividad industrial o minera. Y hay más de 2.000 basurales a cielo abierto sin ningún tipo de control. Pareciera que en la Argentina poco importa la salud del ambiente. En las provincias, hay graves problemas de contaminación, especialmente en los ríos, en los lagos y en las napas subterráneas.




El descuido es alarmante y la falta de controles, casi infalible.



Muchos de los lugares turísticos están afectados. Como el lago San Roque, en Córdoba, que recibe desechos cloacales sin tratamiento, o el Dique Cabra Corral, en Salta, donde se depositan toneladas de basura. En otros casos, la contaminación proviene de la minería, como la sufren los pobladores de las Termas de Río Hondo, de Santiago del Estero, de Amanao en La Rioja, o los mapuches de Neuquén.



Ciertas empresas se ensañan con los ríos cercanos, como ocurre con el Riachuelo o el Reconquista. Ríos, lagos y napas son víctimas de un descuido generalizado. Y el aire tampoco está libre de problemas, como en el Dock Sud de Avellaneda,

Mendoza o Capital. Hay más de 2.000 basurales a cielo abierto en el país sin control, según Miguel Rementería, de la Comisión Interdisciplinaria del Medio Ambiente.



Para Daniel Sabsay, de la Fundación Ambiente y Recursos Naturales, "hay leyes que no se cumplen y otras que se reglamentan. Se superponen los organismos públicos, lo cual conspira contra un control real".



Según Verónica Odriozola, de Greenpeace Argentina, "los gobiernos no han controlado a las empresas, con el pretexto de que pueden verse reducidas las fuentes de trabajo". "Los ciudadanos deberían tener más participación para que monitoreen a los que contaminan", dijo Javier Corcuera, de Fundación Vida Silvestre.



El Gobierno ya abrió el debate. En Puerto Madryn, hace una semana, presentó la Agenda Nacional Ambiental. Según el secretario Atilio Savino, "se dieron lineamientos para planificar la política ambiental . ¿Se cumplirá?



La contaminación del suelo bonaerense

Uno de los principales focos es el polo petroquímico situado en Ensenada, cuyos gases provocan alergias e irritación en los ojos. Similares problemas causan los escapes del Polo Petroquímico Bahía Blanca. El Río de la Plata, el Luján y el

Matanza, que atraviesan partidos donde viven millones de personas, sufren un alto nivel de contaminación, debido a los efluentes cloacales, desechos líquidos, gaseosos y sólidos vertidos clandestinamente por las grandes industrias. Además, pesticidas y fertilizantes ya afectaron napas y cursos de agua de distritos de la cuenca del Salado.



Un lago cordobés lleno de toxinas

Las descargas cloacales de once municipios —incluida la capital— en el lago San Roque, lo sitúan tercero en el ranking de contaminación del país. Por exceso de materia orgánica abunda un tipo de algas que contienen toxinas, que atacan el

hígado y el sistema nervioso, y no se eliminan con los sistemas habituales de potabilización. FUNAM describe un problema similar en Embalse Río Tercero, al que se agrega —denuncian los ecologistas— la contaminación térmica producto de

la refrigeración de la central nuclear. Según la Dirección Provincial del Agua, "no surgen motivos de alarma".



Autos y camiones ahogan a la Capital Federal

Según Enrique San Román, investigador del Conicet, en Capital y el conurbano el aire está contaminado por las emisiones de autos y camiones.Otro problema que persiste es el estado grave del Riachuelo: "No existe una política de

saneamiento y todavía las industrias siguen arrojando sus desechos", explicó Rubén Mendez, de la Asociación Ecológica de Lanús.



Catamarca: efectos de una mina de oro

Hay serias denuncias contra la mina de oro de Bajo La Alumbrera, por posibles filtraciones de ácidos hacia ríos y arroyos de Amanao y Vis Vis, que provocan graves daños en la fauna y la flora. Se sospecha que también afectan napas subterráneas (Corresponsal).



Corrientes: químicos y residuos cloacales

En algunas ciudades, los residuos cloacales desaguan en lagunas o canales, porque la concesionaria de la red aún no construyó plantas de tratamiento. Los ríos también reciben el agua de las arroceras fumigadas con productos químicos.



El río del Chaco que terminó muriendo

El río Negro, que cruza Resistencia (300.000 habitantes), es desde hace mucho un cauce sin peces, pero lleno de desechos de fábricas de tanino, curtiembres y mataderos, e invadido por camalotes. En una zona con nueve meses de calor no hay

pesca, balnearios ni navegación.



Chubut: ríos, arroyos y lagos, jaqueados

Aunque la situación no es grave, preocupa el estado del río Chubut, el más importante de la provincia, por líquidos cloacales mal tratados y residuos industriales, sobre todo de las pesqueras. La misma causa afecta al arroyo Esperanza y al lago Rosario.



Basurero entrerriano que no deja respiro

A 10 minutos del centro de Paraná está su basurero, de 10 hectáreas a cielo abierto. Son frecuentes la autocombustión y el humo de los residuos orgánicos. Los gases que emanan del lugar, sobre todo metano, agudizan los padecimientos de

las personas con trastornos en el sistema respiratorio.



La Rioja: ¿el cromo llega a la sangre?

Los vecinos de Nonogasta hicieron juicio a la curtiembre Yoma: entre sus 7.000 habitantes ya hubo 4 jóvenes con leucemia en los últimos tres años (tres murieron). Abundan las afecciones respiratorias y de la piel. Los desechos líquidos rebasan las lagunas de tratamiento y corren por las calles. Se teme que el cromo haya alcanzado las napas.



Mendoza: mal aire

El humo de vehículos y fábricas forma una capa de smog sobre la ciudad de Mendoza, que se estaciona sin moverse. Esto agrava las enfermedades de las vías respiratorias, en especial el asma bronquial, cuyo índice de mortalidad es bastante alto.



Fumigaciones en campos formoseños

La Justicia aún no resolvió la demanda de los campesinos de Colonia Loma Senés, que sufren vómitos, diarreas y otros males, y pierden cultivos y animales por las fumigaciones en los campos de soja de un grupo de empresas.



Jujuy, un caso muy incomprensible

En la Quebrada de Humahuaca, declarada Patrimonio de la Humanidad en 2003, no hay centros de disposición de residuos, y la basura va a parar a cursos de agua o permanece a cielo abierto. En la capital, 120 toneladas diarias son arrojadas en celdas de emergencia, en una finca a 20 kilómetros, donde también lo hacen otros municipios.



Tierras desérticas de La Pampa

El problema ambiental más grave que sufre La Pampa fue que dejó de correr agua por el cauce del río Atuel, tras la construcción del dique El Nihuil, en 1948 en Mendoza. Con tantas tierras desérticas, casi no quedan ovejas, jaguares o

carpinchos.



Misiones: tóxicos sobre el Paraná

A pesar de las sanciones y las denuncias ante la Justicia, las autoridades aún no lograron impedir que Pastas Celulósicas Piray SA arroje residuos tóxicos sin tratar al río Paraná, donde forman una maloliente espuma. De esas aguas se abastecen muchos pueblos y ciudades.



Amenaza neuquina

La contaminación por el yacimiento hidrocarburífero Loma de la Lata afecta a los mapuches. Repsol-YPF admitió el problema y discute cómo remediarlo.



Mina Angela y el cianuro en Río Negro

En 1999 se dejó de bombear el agua que se acumulaba en las galerías de Mina Angela, cuya explotación cesó en 1992, y la mina quedó sumergida. Pese a la remediación, el cianuro y otros residuos tóxicos estarían en aguas de Río Negro

y Chubut. Se teme que afecte a los 7.000 vecinos de Ingeniero Jacobacci.



Un dique salteño lleno de inmundicia

Si bien no contiene metales pesados, el dique Cabra Corral es la gran preocupación de los habitantes de la ciudad de Salta, por las toneladas de basura que los municipios vecinos arrojan en los ríos, y que en verano son

arrastradas hacia el embalse.



Napas contaminadas y polvillo en San Juan

El basurero de la ciudad de San Juan, a 40 kilómetros, está saturado y jamás fue tratado para evitar que la napa se contamine. Las cuatro comunas vecinas tiran la basura a campo abierto. La capital sufre además el polvillo lanzado por los

hornos de Electrometalúrgica Andina, que causa problemas respiratorios.



San Luis: agua mala

Los problemas se concentran en la capital. El río Seco —que atraviesa el sector norte y muere en napas profundas— recibe los líquidos no depurados de dos parques industriales. El dique Cruz de Piedra ya no puede abastecer de agua a la

ciudad, debido a la proliferación de algas.



Santiago del Estero: tóxicos en un lago

El lago del dique frontal de las Termas de Río Hondo sufre un altísimo grado de contaminación, que provoca gran mortandad de peces. Se debe a los residuos tóxicos vertidos a los ríos que lo alimentan —en especial el Dulce, que recibe

los desechos de los ingenios azucareros tucumanos—, y a los efluentes de la minera Bajo La Alumbrera.



Derrames de crudo en Santa Cruz

Varias veces los derrames de petróleo comprometieron aguas, suelo y fauna. La actividad carbonífera de Río Turbio afectó algunos ríos y arroyos. En el mar, las aguas del golfo San Jorge sufren el exceso de pesqueros extranjeros.



Santa Fe: problemas con los barcos

El aumento del tránsito fluvial por el Paraná impacta en el Gran Rosario, principal puerto granelero del país. Antes de cargar, los buques desagotan el agua que les sirvió de lastre, y con ella va gran cantidad de peces muertos. Aunque menos que antes, al río también se vierten muchos desechos industriales.



Un río tucumano totalmente sofocado

Al Salí, principal río de la provincia, van a parar cada año 150.000 toneladas de basura de los centros urbanos, 66.000 de residuos cloacales, 400.000 de desechos industriales, y los minerales que vuelca la planta de procesamiento de

la minera Bajo La Alumbrera. En 2002 se lanzó el Plan de Producción Limpia, que busca corregir los procesos productivos para eliminar o reducir al máximo los residuos.



En tierra fueguina

La Secretaría de Medio Ambiente no detectó hasta ahora ningún tipo de contaminación ambiental. Hay inspecciones periódicas en el sector fabril de Río Grande.



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lunes, 6 de septiembre de 2010

LUEGO DE UN TIEMPO VOLVEMOS A PONERNOS A DISPOSICION DE LA GENTE INTERESADA EN NUESTRO MEDIOAMBIENTE

Estudian método natural para tratar las pilas




Trabajan expertos de la CIC. Es con bacterias que "comen" metales



La Comisión de Investigaciones Científicas (CIC) de la Provincia trabaja en un método natural "único en el mundo" para aprovechar las pilas que se desechan. El objetivo de la investigación que se lleva adelante en la Planta Piloto ultipropósito (PLAPIMU), de Gonnet, es recuperar metales pesados para que puedan ser reutilizados como materia prima industrial.



Para ello se aplica la biotecnología mediante el uso de bacterias llamadas "mineras" que se "comen" los metales de las pilas y baterías que ya no sirven, y así generan a través de un biorreactor una nueva sustancia líquida que puede separarse en las distintas aleaciones que la componen como el níquel, el mercurio, el cadmio y el zinc.



"La importancia del proyecto es terminar uno de los tantos problemas de contaminación del medio ambiente. Puesto que el mercurio, el cadmio, el níquel son metales peligrosos que van a parar por lo general al agua o al aire. No se destruyen con la incineración y deben ser tratados para evitar que vayan a la atmósfera", explicó Lorena Falco, coordinadora del proyecto.



Las bacterias producen una sustancia que se usa para disolver los metales que están dentro de las pilas, y luego de ese líquido se recuperan los metales mediante distintos métodos. El proceso se logra debido a la capacidad de dichos organismos de crecer y vivir en ambientes con altas concentraciones de metales pesados.



De esta manera, se estarán utilizando las pilas agotadas, que hoy son residuos que dañan el medio ambiente, como una rica fuente de minerales que se pueden extraer de una forma económica y amigable con la naturaleza.



En el proyecto trabajan también las becarias Victoria Ruiz Menna estudiante de biotecnología en la Universidad Nacional de Quilmes; Analia Martínez y Silvia Andrade estudiantes de Biología en la Universidad Nacional de La Plata.



"Hace 2 años que el equipo trabaja en este tema. En la actualidad se desarrolla la última fase llamada de recuperación. La idea es aplicarlo a nivel provincial y colaborar con el medio ambiente" destacó Falco.



Residuos Tóxicos



Una vez utilizadas, las pilas se convierten en residuos tóxicos. Sólo en la ciudad de La Plata se consumen cerca de 3 millones de pilas por año, lo que equivale a unas 45 toneladas de pilas alcalinas anuales, según indica una encuesta realizada por un grupo de investigadores del INIFTA, Instituto de Investigaciones Fisicoquímicas Teóricas y Aplicadas.



De acuerdo con la ley nacional 24.051, las pilas y baterías provenientes en su mayoría del uso de distintos artefactos domésticos como juguetes, electrodomésticos y relojes se denominan residuos peligrosos universales.



Eso porque contienen elementos químicos tóxicos o potencialmente perjudiciales, tales como el mercurio, cadmio, plomo, níquel, cobalto, manganeso y zinc.



En el caso de que se produjera una filtración de solución de metales llamados lixiviados en un relleno sanitario o en un basural; la contaminación de aguas subterráneas sería la siguiente: una sola pila botón -utilizada en relojes o audífonos- puede contaminar más de 600 mil litros de agua, una sola pila alcalina -de uso en radios y controles remotos- puede contaminar 175 mil litros de agua.



La iniciativa genera expectativas en la Provincia. El gobernador, Daniel Scioli, prometió cambios en la política oficial con respecto a las fuentes energéticas y el tratamiento de los residuos: "en materia de cuidado ambiental estamos aplicando políticas que constituyen un modelo superador de gestión transversal y moderno. Incentivaremos la radicación de fuentes de energía alternativa ecológicamente apta, y lanzaremos un plan de eficiencia energética", dijo.



Fuente: El Día